El proyecto MAAP (Proyecto Monitoreo de la Amazonía Andina), ha registrado que, desde que se instalaron las colonias Menonitas en la selva peruana (Loreto y Ucayali) habrían producido la deforestación de 8660 hectáreas hasta octubre de 2024.

De esa manera, desde que el 2017 se desplegaron en diferentes zonas de la selva, se han ido convirtiendo, según el Proyecto, en una de las principales causas de deforestación en la Amazonia Peruana. Lo que no se detendrá, pues siguen expandiéndose.

Como los menonitas tienen una larga tradición de agricultura intensiva, ha requerido grandes extensiones de tierra para mantener sus prácticas agrícolas, lo que ha resultado en una rápida expansión de sus cultivos en la selva.

El reciente reporte MAAP #222 destaca el acelerado crecimiento de la deforestación en las cinco colonias menonitas que operan actualmente en las regiones de Ucayali y Loreto.

La primera colonia, Masisea, establecida en 2017, fue el punto de partida de un patrón que se ha repetido con otras colonias. Inicialmente, la deforestación se limitaba a 2500 hectáreas, pero este número ha aumentado de manera constante año tras año.

Según el MAAP, para octubre de 2020, el área deforestada por los menonitas ya alcanzaba las 3440 hectáreas, cifra que subió a 4819 en octubre de 2022 y llegó a las 7032 hectáreas en agosto de 2023. La última actualización muestra que este número ha crecido nuevamente a 8660 hectáreas, lo que ilustra una tendencia continua de expansión, a pesar de los esfuerzos por detenerla.

Principales colonias afectadas

La colonia Chipiar, la más reciente y ubicada a ambos lados de la frontera en Ucayali y Loreto, ha sido una de las más activas en términos de deforestación. Desde el 2020, se ha documentado la pérdida de 2708 hectáreas en esta área.

Las colonias Vanderland, Osterreich y Providencia, ubicadas cerca de Tierra Blanca en Loreto, han contribuido con 4 824 hectáreas adicionales de pérdida forestal desde su establecimiento en 2017. Masisea, por su parte, ha reducido su actividad en los últimos años, debido a los problemas judiciales y al rechazo de las poblaciones indígenas, pero desde su creación ha deforestado un total de 963 hectáreas.

El informe también señala que la deforestación provocada por estas colonias no es solo una preocupación ambiental, sino que también está bajo investigaciones legales. La Fiscalía Especializada en Materia Ambiental (FEMA) ha abierto procesos contra varias de estas colonias, particularmente en los casos de Tierra Blanca, Chipiar y Masisea. Las acusaciones incluyen delitos contra los bosques y la falta de autorizaciones para la deforestación.

Además, el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) ha presentado denuncias por actividades de tala ilegal, mientras que la Corte Superior de Justicia de Ucayali suspendió en julio de 2023 las actividades de tala en la colonia Masisea. Sin embargo, a pesar de estos avances judiciales, el problema persiste, ya que la expansión agrícola y la falta de cumplimiento de las regulaciones continúan impulsando la deforestación.