En una reunión realizada ayer en Atalaya, el valiente profesor Peña Paredes, de la Institución Educativa “Padre Francisco Álvarez”, de Sepahua, uno de los sobrevivientes del accidente fluvial en el fatídico bote rápido CR II, denunció las condiciones abusivas que imponen los transportistas a los pasajeros que van en la ruta Pucallpa-Atalaya.
Así por ejemplo, imponen un precio abusivo por los pasajes ya que, al parecer –algo que debería investigarse porque también lo mencionó el alcalde de Tahuanía– existiría un monopolio en el transporte por esa ruta.
Además, no hacen un registro legal y total de los pasajeros que transportan, muchas veces por encima de la capacidad de peso que debería soportar por lo que, a veces, el viaje resulta muy incómodo. Tampoco entregan boletas o recibo y, en su mayoría, zarpan con sobrecarga. En otros casos, transportan insumos peligrosos como combustibles.
También refirió que la tripulación de esas naves cobra entre 4 a 6 soles por una botella de agua o de gaseosa, un paquete de galletas lo venden en 3 soles y si quieren alquilar un momento de internet, es decir wifi para comunicarse, deben pagar, como mínimo 20 soles.
Peña Paredes, bastante apenado por la pérdida de vidas humanas, sin embargo, agradeció a los pobladores de la zona donde se hundió el bote que acudieron rápidamente a prestar ayuda a los sobrevivientes.
Tras escuchar este y otros testimonios, presente en la reunión, el alcalde de Atalaya, Francisco “Pacho” Mendoza, planteó que se exija y regule que los viajes de los llamados botes rápidos se hagan en horario diurno y cumpliendo toda la normatividad.
A la reunión también asistieron otros afectados durante el accidente y sus familiares.