El expresidente Alberto Fujimori fue enterrado el sábado 14 de septiembre en el cementerio Campo Fe, Huachipa, en una ceremonia que reunió a familiares, miembros del gobierno y miles de simpatizantes. La tarde estuvo marcada por la emotiva despedida de sus seres queridos y seguidores, quienes rindieron homenaje al exmandatario.

El féretro de Fujimori, tras ser trasladado desde el Ministerio de Cultura, llegó al Palacio de Gobierno, donde fue recibido por la jefa de Estado Dina Boluarte y un nutrido grupo de Húsares de Junín. La ceremonia en el Palacio se realizó frente al gabinete presidencial, donde familiares como Kenji y Keiko Fujimori, junto con sus nietas, ofrecieron su último adiós en medio de lágrimas y aplausos.

Controversia y Reacción Pública

Durante el trayecto hacia el cementerio, surgieron manifestaciones de rechazo con pancartas que recordaban las controversias de su gobierno, como “Cantuta no olvida” y “Fujimori genocida”. A pesar de estas protestas, la ceremonia continuó con una gran afluencia de seguidores, y tras el entierro, se depositaron flores blancas en su tumba.

Legado y Recordatorio

El funeral de Alberto Fujimori, una figura clave y polémica de la política peruana, concluyó con la satisfacción de sus simpatizantes y el pesar de sus opositores, marcando el final de una era en la política del país.

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