Tras el escandaloso episodio en el que un grupo de soldados desertó denunciando condiciones inhumanas relacionadas con la alimentación, el Ejército del Perú ha tomado medidas decisivas. El anuncio oficial llegó a través de un comunicado difundido en las redes sociales del Ministerio de Defensa, donde se confirmó la separación del jefe a cargo de la base militar El Tambo, ubicada en la región de Amazonas. Esta acción no solo pretende abordar las denuncias presentadas, sino también enviar un mensaje claro sobre la intolerancia ante cualquier forma de maltrato o negligencia dentro de las fuerzas armadas.
El comunicado también aseguró que se llevará a cabo una exhaustiva investigación para esclarecer lo sucedido y determinar las responsabilidades correspondientes. Este paso adicional demuestra el compromiso de las autoridades militares y del gobierno peruano en garantizar el respeto a los derechos fundamentales de sus miembros, así como en mantener los más altos estándares de calidad en la prestación de servicios, incluso en las condiciones más difíciles y remotas.
El incidente ha generado preocupación y conmoción en la opinión pública, ya que pone de relieve la importancia de garantizar el bienestar y la dignidad de quienes sirven a la nación en el ámbito militar. La transparencia en la investigación y la aplicación de medidas correctivas adecuadas serán cruciales para restaurar la confianza en las instituciones castrenses y asegurar que situaciones similares no se repitan en el futuro.
“La institución rechaza de manera enérgica todas las acciones que atenten contra la salud e integridad física de su personal y, en caso de determinarse responsabilidad punible, se establecerán las medidas correctivas y sanciones drásticas de acuerdo al régimen disciplinario de las Fuerzas Armadas”, se lee en el tercer punto de la misiva castrense.




