La danza de los Tulumayos, con más de 25 años de historia en Tingo María, busca ser reconocida como Patrimonio Cultural de la Nación. La Municipalidad Distrital de Luyando lidera los esfuerzos para obtener la patente de esta expresión cultural a través de diversas investigaciones.
Investigaciones para la patente
Investigadores como Julio Pinedo Reátegui, Director del Centro de Investigaciones Nativas Hibed; Jaime Salazar Ponce, profesor del Taller de Artes de la Universidad Nacional Agraria de la Selva (Taunas); y Sergio Antonio Guillen Leiva, Director de la Asociación Cultural Nunash Perú, han presentado un informe de más de 300 páginas que detalla la historia y estructura de la danza. Estas investigaciones están enfocadas en la preservación y promoción de los vestigios de los Tulumayos, hallados en el caserío Ricardo Palma.
El avance del proceso para declarar la danza como patrimonio está en un 92%, y los investigadores esperan la aprobación final del Ministerio de Cultura para consolidar la base legal y patrimonial de esta tradición.

Orígenes y evolución de los Tulumayos
Los Tulumayos fueron una tribu indígena que vivió hasta el siglo XVII, conocidos por su conexión con la naturaleza. La primera Fiesta Tradicional de los Tulumayos se celebró en 1993, liderada por Silvia Silva Zamora, una promotora de turismo, con el propósito de revitalizar las costumbres de la región. En 1995, la celebración se integró a la Fiesta de San Juan, incorporando la emblemática Fogata de los Tulumayos.

Estructura de la Danza de los Tulumayos
La danza se compone de cinco secciones: el llamado del Curaca, el baile de los caciques, el vals, la cumbia y la pandillada, con el fuego como elemento central. Este ritual simboliza el respeto de los Tulumayos por el fuego, y la ceremonia se realiza junto al río con una fogata, tradición que surge en respuesta a las bajas temperaturas durante junio.
Preservación y apoyo a la cultura

Con la solicitud de patente, las autoridades e investigadores buscan proteger la Danza de los Tulumayos y asegurar su legado como Patrimonio Cultural de la Nación. Sin embargo, los promotores de esta iniciativa destacan la necesidad de apoyo financiero para continuar con el proceso y garantizar que la tradición perdure en futuras generaciones.



