Detienen a presunto extorsionador en San Juan de Lurigancho
La Policía capturó a un exmilitar que se dedicaba a extorsionar obras de construcción, establecimientos comerciales, restaurantes, farmacias e incluso centros educativos en San Juan de Lurigancho, en Lima. Este individuo, identificado como Marco Antonio Saldaña Sicchia y conocido como «Chato cuadrado», había sido miembro del Ejército Peruano con el rango de sargento desde 1998 hasta el 2020.
El descubrimiento de una operación criminal
La detención de Saldaña se realizó en la avenida Las Flores, donde fue encontrado en posesión de un arma de fuego completamente abastecida, además de 280 ketes de pasta básica de cocaína y bolsitas de marihuana. Estos hallazgos sugieren una operación criminal multifacética, que incluía actividades de extorsión y tráfico de drogas en la zona de San Juan de Lurigancho.
Un plan de extorsión en la zona de Bayóvar
Las autoridades sospechan que Saldaña tenía como objetivo principal el cobro de cupos en la zona de Bayóvar, una práctica delictiva común en varias partes del país. Este modus operandi sugiere una red criminal bien organizada y establecida en la región, con Saldaña como un elemento clave en su estructura.
Antecedentes y asociación con una banda criminal
Marco Antonio Saldaña no era un delincuente novato; tenía antecedentes por presunto sicariato y múltiples denuncias por extorsión. Según la información proporcionada por la policía, Saldaña era parte de la banda conocida como «Los fríos de Mariátegui», lo que indica su participación en actividades delictivas de alto calibre.
El proceso legal que enfrenta Saldaña
Ahora, Saldaña será procesado por presuntos delitos de tenencia ilegal de armas de fuego y municiones, así como por delitos de extorsión y sicariato. Este proceso legal representa un paso importante en el combate contra la delincuencia organizada en San Juan de Lurigancho y en todo el país.
Conclusiones y reflexiones
La captura de Marco Antonio Saldaña Sicchia, alias «Chato cuadrado», es un golpe significativo contra la criminalidad en San Juan de Lurigancho y una victoria para las fuerzas del orden. Sin embargo, también destaca la complejidad y la persistencia de las actividades delictivas en la zona, lo que subraya la importancia de una acción policial continua y coordinada para garantizar la seguridad de la comunidad. Esta operación es un recordatorio de que la lucha contra el crimen organizado requiere un enfoque integral que aborde no solo la captura de individuos, sino también la desarticulación de las redes criminales y la implementación de medidas preventivas y de rehabilitación para combatir eficazmente este flagelo en nuestra sociedad.
