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Solía hacerse pasar por un turista ruso durante sus fechorías en distintos restaurantes de la ciudad
Serie de artimañas
La capacidad del ser humano para sorprendernos una y otra vez parece no tener límites, y un ejemplo de esto nos llega desde España, donde un hombre llamado Aidas J de apórximadamente 60 años, de origen lituano, ha protagonizado una historia insólita que desafía toda lógica.
Aidas J, residente en la ciudad de Alicante, ha sido detenido por las autoridades después de llevar a cabo una serie de artimañas sorprendentes. Su peculiar modus operandi involucra simular más de 20 episodios de infarto con el único propósito de evitar pagar las cuentas en diversos restaurantes.
En un restaurantes
Lo que hace esta historia aún más desconcertante es que Aidas J ya había sido detenido en noviembre de 2022 y nuevamente en septiembre del año en curso, pero, de manera asombrosa, no se dejó intimidar por las consecuencias legales y continuó con su extraña hazaña. Esta vez, su actuación tuvo lugar en un restaurante llamado ‘El Buen Comer’ en la ciudad de Alicante.
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La trama se desarrolló cuando Aidas J, sin aparente remordimiento, ordenó una costosa cena que incluía una paella de mariscos y dos whiskies, sumando un total de 40 euros en la factura. Sin embargo, al llegar el momento de pagar, Aidas intentó una maniobra sigilosa al intentar levantarse y salir del restaurante sin liquidar la cuenta. Su intento de escape fue detectado de inmediato por uno de los empleados del lugar, quien lo retuvo.
Dramático infarto
Ante la evidencia de su intento de fuga, el ciudadano lituano optó por una estrategia aún más inverosímil: alegó que carecía de dinero y prometió volver a su hotel para obtenerlo. Pero en un giro que solo puede ser calificado como teatral, comenzó a presentar «malestares» que pronto escalaron a un dramático desmayo. Su argumento: estaba sufriendo un infarto.
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Moisés Doménech, el dueño del restaurante, no pudo evitar calificar la actuación de Aidas como «muy teatral», y no es de extrañar dada la naturaleza extraordinaria de la situación.
La respuesta del personal del restaurante fue la adecuada, al alertar de inmediato a la policía. Cuando las autoridades llegaron al lugar, reconocieron a Aidas J por sus detenciones previas, lo que agregó un elemento aún más desconcertante a esta extraña historia. Lo que es aún más asombroso es que, a pesar de su bochornosa situación, el hombre nunca dejó de sonreír durante su detención, como si estuviera disfrutando de su propia actuación.
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Prohibiciones
Dado que se trata de delitos menores, Aidas J no enfrenta la perspectiva de una condena prolongada. Sin embargo, la Asociación Provincial de la Hostelería tomó cartas en el asunto y decidió emitir boletines que prohíben su ingreso a los restaurantes de la zona, buscando prevenir futuras hazañas similares.
