Durante el 2023, en el país se registraron 22 mil 302 casos de extorsión, un negocio ilícito que va en aumento, basándose en el temor que los extorsionadores infunden en sus víctimas, las que, en su mayoría, no se atreven a denunciar. En Pucallpa, el propietario de una clínica privada, se atrevió a denunciar. Hoy los delincuentes están tras las rejas y la Segunda Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Ucayali, acaba de ratificar una sentencia condenatoria de seis años de cárcel a uno de los coautores de la extorsión al profesional Julio Zelada. Si los extorsionadores no son denunciados, seguirán haciendo de las suyas. 

LE ENVIARON CARTA AMENAZADORA ESCRITA CON SANGRE Y DOS BALAS

Dueño de una clínica privada denunció que extorsionadores le pedían 20 mil soles

Mientras muchos, incluso pequeños comerciantes, tienen temor a denunciar la extorsión de sujetos que viven al margen de la ley, ayer la Segunda Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Ucayali, ratificó una sentencia de seis años de cárcel contra Risco Brandy Ramírez Saboya, uno de los implicados en una extorsión al propietario de una clínica en Pucallpa, el año 2015.

La extorsión fue frustrada, cuando el extorsionado dio cuenta al personal policial que montó un operativo logrando la intervención de los extorsionadores. Resultó que el acto delincuencial había sido ordenado y coordinado desde una cárcel de Huánuco.

Desde ese año, hasta la fecha, se han producido actos de extorsión. Uno de los más notorios fue a un artista y empresario local, pero también fue abortado cuando puso la denuncia policial. En cambio, hay otros que, por el temor que infunden los extorsionadores, no presentan la denuncia policial y siguen pagando cupos. Deberían animarse a denunciar para no solo detener a los extorsionadores y sancionarlos, sino evitar que cumplan sus amenazas.

Según denuncias de víctimas de este delito el año 2023, aumentaron los casos en 44% en el país. Se registraron un total de 22 mil 302 extorsiones. Ese año se triplicó la extorsión a las bodegas.

Leamos qué ocurrió en el caso de la extorsión al dueño de una clínica en Pucallpa.

RATIFICACIÓN

La Segunda Sala Penal de Apelaciones de Ucayali ratificó la condena de seis años de cárcel contra Risco Brandy Ramírez Saboya, hallado culpable de extorsión en grado de tentativa. La sentencia también impone el pago de una reparación civil de mil soles a favor del agraviado, el propietario de una clínica en Pucallpa, quien fue amenazado a través de una carta escrita con sangre y dos balas para que pague 20 mil soles.

LA EXTORSIÓN

En abril de 2015, Julio César Zelada Aliaga, propietario de una reconocida clínica en la ciudad. encontró en la puerta de su casa un sobre cerrado que contenía una carta escrita con sangre y dos balas calibre 38 mm. La carta amenazaba con atentar contra su vida y la de su familia si no pagaba 20 mil soles. El extorsionador, que se identificó como “El Negro Daniel”, proporcionó un número de teléfono para coordinar el pago y evitar que se haga realidad la amenaza.

Alarmado por el riesgo para su vida y la de sus seres queridos, Julio Zelada tomó la decisión de dirigirse a la División de Investigación Criminal (DIVINCRI) de Ucayali. Tras evaluar la situación, los policías organizaron un cuidadoso operativo encubierto para atrapar a los responsables.

La policía utilizó el número de teléfono proporcionado para negociar con los extorsionadores. De esa manera lograron reducir el monto de 20 mil a cinco mil soles.

Los extorsionadores, confiados en el éxito de su delito, exigieron que la entrega del dinero se realice en un lugar público: la plaza del asentamiento humano de Roca Fuerte, en el distrito de Manantay.

El 30 de abril, a las 21:40 horas, Luis Villajuan Zevallos llegó al lugar indicado para recoger el dinero. En esos momentos, los agentes capturaron a Luis Villajuan en flagrancia.

Durante el interrogatorio reveló que no actuaba solo. Implicó a Risco Ramírez y a su hermano, Jairo Gesler Ramírez Saboya, como sus cómplices en el intento de extorsión. Luis Villajuan explicó que había coordinado la entrega del dinero con Jairo, quien se encontraba recluido en un penal en Huánuco. Tras recibir el dinero, debía entregárselo al hermano, Risco Ramírez.

Las investigaciones evidenciaron una serie de llamadas entre Luis Villajuan y los hermanos Ramírez, confirmando su participación. Además, Julio Zelada había reconocido a Risco Ramírez, ya que este había trabajado como ayudante de un electricista que realizaba instalaciones en su clínica, lo que le permitió obtener información sobre su víctima.

PRIMERA SENTENCIA

Tras ser procesado, Risco Ramírez fue sentenciado en primera instancia por el Juzgado Penal Unipersonal de Ucayali el 3 de octubre de 2022, y fue declarado culpable como coautor del delito de extorsión en grado de tentativa. El tribunal le impuso seis años de prisión y una reparación civil de mil soles.

APELÓ

La defensa de Risco Ramírez apeló la resolución argumentando que las pruebas presentadas en su contra carecían de sustento suficiente. Según el testimonio de Risco, fue implicado debido a un conflicto personal con Luis Villajuan, quien había sido pareja de la actual compañera del imputado. El sentenciado alegó que Villajuan lo había involucrado falsamente en el crimen por resentimientos personales. Sucede que, durante el juicio en primera instancia, Luis Villajuan se retractó sobre la participación de Risco.

Por eso, en la audiencia de apelación, la defensa solicitó la absolución del imputado, basándose en lo que calificaron como “errores de hecho y de derecho” en la primera sentencia. Según el abogado, el fallo carecía de una motivación adecuada y se había apoyado en testimonios contradictorios y “meras suposiciones de la fiscalía”.

No obstante, la sala desestimó los alegatos de la defensa, señalando que las pruebas presentadas, incluidas las grabaciones de llamadas telefónicas y las declaraciones de testigos, eran suficientes para confirmar la culpabilidad de Risco Ramírez. En particular, se precisó la declaración inicial de Luis Villajuan, quien, antes de retractarse durante el juicio, había implicado directamente al sentenciado en el esquema extorsivo. La instancia superior también hizo hincapié en el hecho de que Villajuan fue sorprendido in fraganti mientras intentaba recoger el dinero exigido por la extorsión.

Muchos no lo creen pero “el negocio de la extorsión”, que se basa en el temor de la víctima, puede ser combatido si las víctimas dejan el temor a un lado y denuncian.

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