La violación de la niña pucallpina de dos años a manos de su padrastro, Etxon Panduro de Souza (22), el horrendo crimen que terminó con la muerte de la menor el jueves último, generó una ola de rechazo e indignación a nivel nacional. No era para menos. La propia ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Claudia Dávila, en Lima, salió ayer a pedir que el monstruo sea sancionado a cadena perpetua.
“Lamentamos su muerte, una terrible muerte que no debió pasar jamás. El asesino ha sido detenido en flagrancia, ha confesado su delito y está detenido ahora en el Departamento de Investigación Criminal. Nosotros estamos llevando el caso también. La asistencia legal la estamos dando a través del Centro de Emergencia Mujer y estamos pidiendo la pena máxima para este violador y feminicida, que es cadena perpetua”, declaró Dávila.
La respuesta no se hizo esperar. Los representantes del Ministerio Publico, la Defensoría del Pueblo y la Policía han sumado esfuerzos para condenar al agresor en tiempo record.
Entrevistado por Diario Ímpetu, el fiscal James Zelada Llanos, de la Primera Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Yarinacocha, confirmó la solicitud de nueve meses de prisión preventiva contra el asesino confeso. “El cree que le van a bajar la pena, de repente por confesar, pero no va a ser así”, aseguró el fiscal Zelada, quien tiene 120 días para investigar el caso de forma preliminar.
OJO POR OJO
El padre biológico de la menor de edad, que se encuentra recluido en el penal de Pucallpa por robo agravado desde hace unos meses, acaba de jurar que matará al asesino de su hija, según Jhanela Guardia, madre de la niña. “Lo estoy esperando”, habría dicho desde la cárcel. El pensamiento del resto de reos sería similar.
Enterado de la amenaza, Panduro de Souza, el despiadado asesino que no mostró piedad frente a la indefensa niña, acaba de rogarle a la magistrada Celinda Pizán Ugarte, del Tercer Juzgado Penal de Investigación Preparatoria, ser internado en un penal de Huánuco “por su seguridad”.
La audiencia en la que se evaluará el pedido fiscal de prisión preventiva contra De Souza se realizará el domingo desde las 11:00 a. m. y será visto por la jueza Pizán Ugarte. Los delitos por los que será procesado son por violación sexual a una menor de edad y lesiones graves seguidas de muerte.
Durante el interrogatorio policial, el asesino pretendió hacerse el desentendido. Pero todo cambió en par de minutos. “En un primer momento no decía nada, después al ver las pruebas terminó confesando todos sus delitos”, informó Francisco Díaz, comandante de la Comisaría de Yarinacocha.
Según su confesión, a la que tuvo acceso este Diario, Panduro de Souza abusó por primera vez a su hijastra al interior de una pequeña habitación alquilada para dos personas, ubicada en el asentamiento humano Las Palmeras, en Yarinacocha. La madre de la criatura, Jhanella Guardia, tuvo que salir de madrugada a su primer día de trabajo como cocinera en un restaurante de la zona. El predador sexual, tras culminar el servicio militar, conoció a Jhanella Guardia, una joven madre soltera cuyo exnovio se encontraba en prisión.
“Fue en el momento que estábamos los dos solos, porque su mamá se había ido a trabajar, era su primer día de trabajo. Me puse a pensar en lo que hice, pero sabía que ya era muy tarde, entonces la bañé y la vestí. Después de un rato ella estaba jugando normal con las cosas que hay en la casa, ahí estuvimos normal”, dijo Panduro ante la Policía.
“En todo ese tiempo estaba pensando en lo que había hecho, no tenía mi conciencia tranquila. Salí a un campo deportivo, donde me puse a pensar sin saber qué hacer. Ya tardecito regreso a mi casa, al entrar acaricio a mi mujer, veo al bebé, pero no era igual, en ese momento le quería contar a mi mujer, pero no sé, algo me lo impedía”, agregó.
MONSTRUO
El miércoles 27, la joven madre deja nuevamente bajo el cuidado de Panduro a su hija, no sin antes pedirle que la cuide. A solas con ella, sale del cuarto alquilado hacia una bodega a comprar dos soles de pan para alimentar a “su hija”, como solía llamarla.
Al retornar al cuarto, observa que la víctima desordenó la habitación. Este fue motivo suficiente para que después de llevarla a la bañera la golpeará cobardemente en la zona abdominal.
“Al retornar encuentro el cuarto y todo era un desorden: papeles de los préstamos que hicimos todo rotos, las cosas desordenadas, la azúcar derramada, los utensilios tirados en el piso y en el wáter, algunos de ellos con olor a excremento. En ese momento solo la levanté y la llevé al bañero y le dije báñate y me puse a acomodar, a arreglar las cosas. Hacia las cosas lo hacía de mala gana, renegando”, testificó.
Los llantos de la niña fueron escuchados por otros inquilinos que ahora son testigos. Este medio pudo conversar con uno de ellos, ubicado al costado de la habitación de Panduro. “La niña siempre lloraba, pero nunca pensé que fuera algo malo, pensé que su papá la estaba corrigiendo o, como es pequeña, los niños siempre lloran”, contó una inquilina que prefirió no revelar su nombre.
Para Panduro de Souza, los puños no fueron suficientes. No se detuvo hasta que la niña empezó a convulsionar después de ser arrojada a una cama tendida en el piso. En un intento de hacer reaccionar a su hijastra la ingresó nuevamente a la ducha, y al no ver respuesta, por increíble que suene, decidió pedir ayuda.
“Parecía un loco. Salió en bóxer, estaba asustado, tenía a la bebé en sus manos desnuda. Me dijo que lo ayudara porque la niña se había caído de la ducha. Agarré a la pequeña y la cubrí con una manta”, relata la inquilina.
Tras la primera mentira, Panduro se dirigió al centro de trabajo de su pareja, ubicado a 100 metros aproximadamente de su habitación para informar a la madre que su hija no reaccionaba.
“Estuve en mi trabajo atendiendo y de pronto mi pareja vino corriendo desesperado, me agarró la mano y me comenzó a jalar, no sabía por qué. Él me decía ‘corre’, hasta que en medio de la pista le pregunté qué pasó. Me dijo que la bebé se iba a morir. La bebé no reacciona. ‘Corre amor, se cayó, se golpeó la cabeza”, decía. Solo empecé a correr hasta llegar al portón de mi casa”, se lee en el testimonio de Guardia.
En el Hospital Amazónico de Yarinacocha el personal médico dudaba de la versión de los padres, por lo que se dio aviso a la Policía. Después de ser interrogados, reconoció la agresión física. Después de que el cadáver de la niña pasara por el médico legista, se confirmó el abuso sexual, ratificado por Panduro de Souza.
Al cierre de esta edición, el cuerpo de la menor seguía siendo velado en la provincia de Aguaytía por sus familiares. Mientras tanto, su madre, exige justicia para su hija.
MÁXIMA SANCIÓN
En diálogo con Diario Ímpetu, la jefa de la Oficina Defensorial de Ucayali, Susana Huamán, aseguró que la niña sufrió todo tipo de maltratos desde mucho antes del día de su muerte. El acta que contiene los resultados de la necropsia practicada a la víctima contiene detalles escabrosos que explican el comportamiento sociópata del encarcelado violador.
“El 26 de octubre se conoció que hubo un incidente cuando la niña todavía estaba viva. Ella defecó en la sábana de la cama y desordenó documentos de la familia, el agresor golpeó en el estómago a la pequeña y en múltiples áreas del cuerpo, lo cual provocó peritonitis, rotura de páncreas y traumatismo abdominal cerrado que fue la causa de la muerte conforme aparece en el certificado de la autopsia”, dijo Huamán.
Días antes de su asesinato, la niña habría sido víctima de varias agresiones sexuales y físicas por parte de su padrastro, quien aprovechó que la madre había conseguido un nuevo trabajo de 6:00 a. m. hasta las 3:00 p. m., de acuerdo a información que manejan las autoridades.
Desde el Ministerio Público informaron que, de acuerdo a los hechos, se estableció que al agresor “se le pasó la mano” al matar a la niña y que fue incapaz de contenerse por su monstruosa naturaleza. La hipótesis fiscal para procesarlo giraba en a la causa de lesiones graves, seguida de muerte y violación sexual.
“Nos hemos comunicado con el médico legista que ha tenido a cargo la necropsia, él nos indicó que luego de revisar las cavidades, tanto craneales como abdominales, se llegó a la conclusión de que la causa de la muerte se debió a una peritonitis post traumática. Asimismo, indicó que en vida la niña sufrió traumatismos corporales debido a los golpes que presentaba en diversas áreas de su cuerpo, además presentó signos de coito contra natura, el protocolo de necropsia lo corrobora en ese sentido, eso quiere decir que la niña también fue violada”, señaló la representante regional de la Defensoría.
“Como Defensoría del Pueblo consideramos que se debe dar la máxima sanción a este agresor, porque este caso es abominable y los dicen las pruebas, hacemos un llamado a las autoridades que tienen a su cargo este caso y llevar las diferentes etapas de la investigación. No se puede permitir de ninguna manera que este tipo de investigaciones queden impunes o sean calificadas bajo otro tipo penal que salga en beneficio del agresor”, finalizó Huamán.
TATIANA ZACARIAS
STEPHANY MASABEL