Airthon Gregory Marín Ross Morey, tenía 26 años de edad, estudiaba en la Universidad Nacional de Ucayali y le faltaba pocos meses para egresar de la carrera de Ciencias de la Comunicación. Hoy es recordado por sus compañeros como un joven amable, sin vicios y muy respetuoso, aunque en ciertas ocasiones mostraba depresión y al parecer, no fue tomado en cuenta por las personas más cercanas a él.
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Airthon, desde el 2018, solía postear en su red social de Facebook, frases como “Fuiste la forma más bonita que tuvo la vida de decirme que no se puede tenerlo todo”, así como la última publicación que hizo en mayo del 2020 acompañado de una foto en el que se dejaba ver triste, “Me agrada saber que estarás bien sin mí”.
Asimismo, sus profesores de la universidad recuerdan al joven como un buen alumno y sobresaliente en la actuación, talento que fue demostrando en los innumerables cortometrajes que realizó durante los años de su carrera.
Uno de sus amigos más cercanos, decidió escribir unas líneas en memoria a Gregory a través del Facebook, que tituló como “Los pies inquietos”, donde expresa su cercanía con el joven fallecido y la personalidad que mostraba.
“Él era Airthon Marín Roos Morey, sucedió por 5 años en mi vida universitaria, llevaba con él una gran mochila invisible, ansiedad y depresión intermitente, ante nosotros, sus amigos, siempre llevaba sonrisas, chistes ingenuos y muchas, pero muchas preguntas”, precisa las primeras líneas de dicha publicación.
En los párrafos restantes, el autor de “Los pies inquietos” narraba la cercanía que tenía con el joven comunicador y su gusto por el canto, “Amaba cantar, cuando tenías suerte te dedicaba una de sus canciones favoritas “Te voy amar” de Axel, y si tenías más suerte te compraba un ticket para comer en el comedor de la universidad junto a él” precisó.
Asimismo, finalizó con una corta despedida, “Airthon, donde quiera que te encuentres, perdona a este mundo cruel, incluyéndome, por no haberte ayudado a ganar la batalla”.
Gregory, provenía de una familia de clase media y soñaba con ser comunicador, pero sus metas se vieron frustradas cuando tuvo que alejarse por un periodo de la carrera.
Al promediar las 2 y 30 de la tarde del 16 de marzo tomó la fatídica decisión de quitarse la vida lanzándose a un caño natural, ubicado en la cuadra 2 del jirón Coronel Portillo, en Callería.
El día del suceso, la joven promesa de las comunicacones, segundos antes de inmolarse, dejó su DNI y ficha Reniec al costado del puente, tal como se muestra en una de las cámaras de seguridad.
Sus familiares, amigos y conocidos, al enterarse de lo sucedido, acudieron al lugar a solicitar ayuda a los bomberos, serenos y marinos para apresurar la búsqueda del cuerpo en las turbias aguas del caño natural muy próximas a la orilla del río Ucayali.
En las primeras horas de ayer, recién pudieron encontrar el cuerpo del joven. Sobre este suceso, muchos pusieron en agenda el tema de la salud mental, precisando que el índice de casos de suicidios está incrementándose en la ciudad, evidenciando la necesidad de ayuda psicológica que presentan muchos jóvenes.
ANDREA RAMIREZ