El abogado Alvaro Másquez Salvador, especialista legal del Instituto de Defensa Legal (IDL), denunció que existen funcionarios del Estado que se confabulan con las organizaciones criminales en contra de los territorios indígenas.
Actualmente IDL patrocina a nueve comunidades indígenas en la región Ucayali, de los pueblos shipibo, konibo y kakataibo. El especialista identificó tres actividades económicas amenazan a los territorios indígenas: la tala ilegal, el narcotráfico y el cultivo de palma aceitera.
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“El patrón en estos casos es un despojo de las tierras de las comunidades indígenas que es facilitado por traficantes de tierras que están coludidos con funcionarios del Gobierno Regional de Ucayali, puntualmente de la Dirección Regional de Agricultura”, enfatizó.
Para el abogado, existe una red de corrupción que ha generado que se mercantilicen las tierras ancestrales de los pueblos indígenas para que sean puestas al servicio de actividades ilícitas.
TRANSNACIONAL DE LA PALMA
Alvaro Másquez puso como ejemplo lo ocurrido con la comunidad nativa Santa Clara de Uchunya, a orillas del río Aguaytía.
“Una empresa financiada por un empresario checo-estadounidense entre el 2012 y 2014 se apropió de unas 12 mil hectáreas de bosques en Ucayali, del fundo Tibecocha. Con la complicidad de funcionarios del GORE terminaron emitiendo constancias de posesión a personas que jamás habían vivido en la zona, que luego se transformaron en títulos de propiedad que terminaron en manos de Plantaciones Pucallpa que a su vez las cedió a Ocho Sur”, explicó Másquez.
De manera tajante, Másquez dijo que Ocho Sur, la gigante empresa transnacional “es el resultado directo de todas estas operaciones criminales, respecto a la palma aceitera… Para muchas empresas inescrupulosas, la selva no vale nada, solo vale cuando lo derrumbas y extraes algo ahí”.
Si bien estas transnacionales publicitan el enorme número de empleos que crea la palma aceitera, así como el elevado índice de exportación, para IDL es todo lo contrario. “Una empresa de esas dimensiones, con ese número de trabajadores y esos niveles de exportación que esté operando al margen de la ley, es preocupante”, dijo el abogado.
NARCOTRÁFICO
El narcotráfico es otro de los grandes enemigos del territorio indígena, ya que no solo se apropia de su propiedad, sino que termina asesinando líderes. El especialista recordó al líder de la comunidad nativa Unipacuyacu, Arbildo Meléndez, asesinado en abril del 2020.
“Estuvo 20 años pidiendo título de propiedad para su comunidad y fue asesinado por esta defensa que hacía de su territorio. Del otro lado hay personas vinculadas a actividades ilegales como el narcotráfico, que se escudan a través de juntas vecinales, centros poblados”, narró Álvaro Másquez.
ESTADO DEFICIENTE
De “mediocre”, calificó el letrado a la respuesta del Estado ante los problemas indígenas. Consideró que los actores de la justicia no están realizando un buen trabajo, y de hacerlo, los procesos demoran años.
“Las fiscalías ambientales, por más buenas intenciones que tengan, carecen de herramientas logísticas para poder hacer un buen trabajo. En otras, hay serias acusaciones, por lo menos, de parcialidad de los fiscales”, comentó.
Sobre las recientemente creadas fiscalías interculturales, resaltó que hasta el momento “no han logrado construir casos emblemáticos para poder ponerle freno a las amenazas y muertes de los dirigentes indígenas. En este escenario hay una deficiencia del Estado”.
La titulación de las comunidades nativas ha sido la agenda de muchos encuentros con autoridades nacionales y locales, recientemente la comunidad nativa Sinchi Roca, en Irazola, Padre Abad, realizó una protesta frente al Gobierno Regional de Ucayali exigiendo inscribir a la entidad en la Superintendencia Nacional de Registros Públicos.
“Comunidad sin título, es sumamente vulnerable, sufre la invasión de concesiones, constancias de posesión, de servidumbres, de centros poblados y al final del día lo que vamos a encontrar son comunidades fragmentadas, gente huyendo a las ciudades para tener que comer. Territorios que conservaron por milenios, destruidos”, dijo el abogado.
TALA ILEGAL
Otro escenario preocupante es la tala ilegal, sobre todo porque el Ministerio Publico no logra identificar a los responsables. “Los procesos judiciales que hemos empezado están dirigidos contra personas que están por ser identificadas por el Ministerio Público, ni siquiera en eso hemos avanzado”.
La comunidad Santa Clara de Uchunya, lleva años en procesos de investigación sin que la fiscalía pueda identificar a algún responsable. “Esto es arbitrario porque es conocido que cuando un fiscal no logra identificar al autor de un delito, termina archivándolo”, lamentó el abogado.
LA ANTROPOLOGÍA DEL MIEDO
Jacopo Tosi, consultor del Instituto de Defensa Legal, vivió en las comunidades para entenderlas y ver el impacto que generan la tala ilegal y el narcotráfico.
En Flor de Ucayali observó que el narcotráfico generó miedo entre los comuneros, un miedo que cambió su estilo de vida.
“Hay el miedo constante que alguien pueda llegar al centro poblado… ya pasó más de una vez, incluso dispararon en el aire para amenazar. Se vive con el miedo constante que alguien puede llegar”, comentó.
No solo son los arboles que adornan el paisaje de Flor de Ucayali, en varias oportunidades se han visto drones que sobrevuelan las casas. Para los indígenas esto es normal, ya se acostumbraron a estar vigilados. “Pasan drones, enviados por los narcotraficantes para monitorear la zona. Las personas viven sabiendo que son espiadas, acorraladas. Se ponen sobre las casas, una vez me contaron que un dron se quedó ahí por una hora”.
La comunidad se está despoblando. Muchos prefieren retirarse para proteger su vida y la de sus familiares.
“Se van (de la comunidad) quienes tienen la posibilidad, y no significa que son personas que tienen muchos recursos. Significa que utilizan todo el dinero que tienen para tomar una decisión super difícil, tener que dejar su casa porque tienen miedo de vivir ella. Esto causa una situación estructuralmente dañina para las personas que viven ahí”, lamentó.