En junio de este año el Servicio de Hidrografía y Navegación de la Amazonía, advertía que se iba a producir un descenso de caudal de los ríos amazónicos lo que podría producir peligros por lo que pedía a los navegantes no viajar de noche en ciertos tramos. Hasta agosto, esa situación empeoró y uno de los resultados fue el trágico accidente cerca a Bolognesi. En tanto, en un informe de agosto de este año, el Senamhi dio cuenta que el bajo caudal afectaría la navegabilidad. La falta de previsión de las autoridades cobró víctimas. Un desesperado gobernador de Loreto, está pidiendo que declaren la emergencia. Viejos pobladores afirman que, después de esta sequía, habrá una temporada de fuertes lluvias que harán crecer el caudal del río a niveles nunca antes vistos. En ese panorama, podría romperse el dique natural de Paraguashá y el Ucayali volvería a La Hoyada y Pacacocha. Estamos advertidos.

Por Redacción Impetu

El río Ucayali, a lo largo de sus 1771 kilómetros (desde Atalaya hasta su confluencia con el río Marañón) se ha convertido en un río peligroso, debido a la vaciante más crítica que viene soportando por la ausencia de lluvias.

El naufragio de la CR II, cerca a Bolognesi, que dejó 7 fallecidos (entre ellos 6 docentes) y un desaparecido, es sólo uno más de varios incidentes que se han producido en la navegación de estos días.

En junio de este año, hablando sobre la navegación hacia Atalaya, el Servicio de Hidrografía y Navegación de la Amazonía, en su boletín, publicaba: “Recomendándose la navegación nocturna solo hasta el poblado Bolognesi, aguas arriba de este punto hasta el poblado Atalaya se recomienda solo la navegación diurna, debiéndose navegar con mucha precaución, por los numerosos malos pasos que existen en este tramo y el cambio del lecho del río de arenoso a pedregoso”.

Eso decía en junio. Al mes de septiembre, cuando se produjo el accidente, la vaciante se agravó, en consecuencia debieron tomarse medidas para que la navegación fuese solo de día, incluso desde Pucallpa hasta Bolognesi.

El Servicio de Hidrografía y Navegación de la Amazonía de la Marina de Guerra del Perú, advirtió: “A los navegantes fluviales en general, Capitanías de Puerto, agencias marítimas, empresas de obras portuarias, etc., tendrán que tomar las precauciones del caso durante la navegación por los diferentes ríos de la Amazonía”, advirtió el Servicio de Hidrografía y Navegación de la Amazonía de la Marina de Guerra del Perú”
ATALAYA

No solo accidentes. El bajo caudal del Ucayali está afectando la economía de muchas localidades.

Solo por citar uno, río arriba: Atalaya, por ejemplo, ha visto subir el precio de los combustibles. Las barcazas que lo transportan desde Pucallpa, no pueden llegar hasta esa localidad. Se ha encarecido el precio del transporte de combustible. De no ser por la carretera que une a esta ciudad con Puerto Ocopa, también se habría interrumpido el transporte de alimentos y bebidas. Sin embargo, de todas maneras, el incremento en el precio de los combustibles, ha empujado la elevación de precios de otros productos.

El bajo caudal, río arriba, también está afectando el transporte de carga pesada hacia los campamentos del gas de Camisea. No sólo el río Ucayali tiene el caudal bajo, también el río Urubamba, uno de sus afluentes más importantes, que al unirse con el río Tambo, forman el Ocaya Paro, como ahora le están denominando los shipibo-konibo al río Ucayali.

Sobre el Urubamba, en junio el mencionado Boletín, advertía: “Se recomienda tomar las precauciones necesarias en los siguientes malos pasos: Ríma, Pucani, Serjali, Inuya, Córdova, Sepa, La Florida, Remoque, Bufeo Pozo, Nueva Unión, Puletal, Sol Naciente, Texas, Sensa, Nueva Vida, Nuevo Mundo, Río Piccha, Capirona, Remolino, La Peruanita y Capironshanpiari”. No debían, por nada, realizar viajes nocturnos.

Hace poco, el veterano periodista Juan López, emitió un video, mostrando el pedregal en que se ha convertido la zona de ingreso a las orillas de Atalaya. También mostraba las naves con sus motores apagados. Los conductores consideraban que la navegación era un riesgo.

Río abajo, la situación es más desesperada. Varios pueblos que antes tenían sus puertos a escasos metros, han visto alejarse el río o se han formado arenales, similar a lo que está ocurriendo en Pucallpa por lo que deben usar furgonetas o triciclos para transportar los productos hasta sus localidades, lo que ha encarecido los precios.

AMAZONAS

En junio de este año, en su boletín trimestral, el Servicio de Hidrografía y Navegación de la Amazonía de la Marina de Guerra del Perú, advirtió: “A los navegantes fluviales en general, Capitanías de Puerto, agencias marítimas, empresas de obras portuarias, etc., tendrán que tomar las precauciones del caso durante la navegación por los diferentes ríos de la Amazonía (…) Asimismo, deberán asumir todas las medidas de seguridad en la navegación… “

En agosto de este año, el Senamhi emitió su informe técnico N° 9 “Comportamiento hidrológico de los ríos Amazónicos en temporada de estiaje – Versión actualizada”.

Tras recibir reportes de sus nueve estaciones limnimétricas, encontró un escenario que se ha venido cumpliendo: el descenso del caudal de las aguas de los ríos. Y pronosticó un escenario que se ha cumplido medianamente hasta la fecha: la aparición de las primeras lluvias del mes de septiembre. Las lluvias son escasas, a diferencia de otros años.

Sobre el nivel de las aguas, el informe decía: “Las perspectivas a corto plazo para los niveles y caudales de agua en los principales ríos de la Amazonía según el análisis de los pronósticos generados por GloFAS para los puntos de control de Tamshiyacu (río Amazonas), Borja (río Marañón) y Bellavista (río Napo) continuarán presentando una tendencia descendente hasta aproximadamente la segunda semana de septiembre. Este descenso prolongado es significativo en los ríos Amazonas y Marañón, lo que podría ocasionar restricciones en la navegabilidad de estos ríos y limitar el acceso a algunas comunidades aisladas”.

Ya se está superando la segunda semana de septiembre y el descenso de las aguas se hizo alarmante, a tal punto que el gobernador de Loreto, René Chávez Silvano – con un rostro y actitud desesperados – en días pasados ha salido a los medios de comunicación nacionales para pedirle al gobierno central que declare el Estado de Emergencia en Loreto, por 60 días, debido a la sequía que ha dejado varadas a las embarcaciones que transportan productos de primera necesidad hacia Iquitos y otras localidades.

El gobernador Chávez ha explicado que, por la ausencia de lluvias, los ríos Amazonas, Nanay e Itaya prácticamente se han secado. Las naves no pasan. Se han encarecido los precios de alimentos y combustibles. Chávez ha solicitado el dragado urgente de los ríos y la implementación de puentes aéreos para trasladar alimentos a las comunidades aisladas por la sequía.

El gobierno central, por supuesto, no ha movido ni una pestaña. Al parecer no les interesa si se mueren de hambre los pueblos amazónicos. Que esperen las lluvias de setiembre, como lo ha pronosticado Senamhi.

EN PUCALLPA

A la fecha, el río se alejó más de un kilómetro del reloj público. Los transportistas han hecho una carretera para llegar desde el jirón Ucayali, hasta las orillas del río. Aunque algo de agua hay por la zona del puerto privado del grupo Romero.

LAS LLUVIAS

Tras la sequía y el fuerte calor nunca antes vivido en esta parte de la Amazonía, viejos pobladores advierten que es posible una temporada de fuertes lluvias que harán crecer a los ríos hasta niveles tampoco nunca antes vistos, causando una serie de destrozos.

“Es posible que, en los próximos meses, el río rompa la sacarita de Paraguashá y el caudal se oriente hacia lo que fue La Hoyada y Pacacocha”, dijo un antiguo poblador.

Las alarmas están lanzadas.

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