Si bien la población se apresta a recibir el inicio del funcionamiento del boulevard del lago Yarinacocha, también hay quienes llaman la atención sobre la situación crítica de uno de los humedales más importantes que tiene Pucallpa.
EL INICIO
En los años 70 del siglo pasado, el lago Yarinacocha desplazó a Cashibococha como el balneario de Pucallpa, en cuyas aguas limpias encontraban la frescura necesaria para combatir los días ardientes o para conseguir el desayuno y el almuerzo diarios. En sus aguas, se podían ver delfines rosados, nutrias y numerosas especies acuáticas. Desde hacía años corría el rumor de que, del fondo del lago, los “gringos” habían extraído perlas. Rumor. También se podían ver las palmeras de Yarina.
Puerto Callao se convirtió en lugar de fiestas y reuniones de fin de semana. En sus orillas surgió el Sky acuático y, a fines de los 70, se formó una comunidad de artistas, denominada Nuevo Edén, encabezada por el mítico Agustín Rivas Vásquez (hoy convertido en exitoso shamán). Surgieron salones de baile como Mi Perú y Los Delfines, restaurantes como El Paraiso.
A fines del 70 surgieron los primeros albergues, para visitantes extranjeros: Las Brisas y La Cabaña.
PRIMERA AMENAZA
En 1981 se presentó la primera amenaza seria a la existencia del lago. Kilómetros de huama y putu putu, gramalote y huamilla, invadieron la superficie. Fue una emergencia. Se ensayaron experimentos para erradicar los huamales, sin resultado. Los pescadores sufrieron. Al cubrir la superficie, la huama impedía el intercambio del aire al agua. La falta de oxigenación mataba a los peces.
Un día, la huama, así como había aparecido, comenzó a desaparecer. Fue una nueva oportunidad.
Se formó un Comité de Defensa del Lago Yarinacocha que dispuso una serie de medidas para evitar la contaminación y la deforestación. Pero los pobladores desoyeron todas las recomendaciones. El Comité desapareció cuando su principal animador: Connor Nixon, tuvo que huir acosado por la violencia de esos años. La Brisa, su albergue, fue arrasado.
LA CONTAMINACIÓN
Las autoridades locales y regionales, presentan orgullosos al lago como un atractivo turístico sin par. Sin duda lo es. Pero deben enfrentar con entereza una cruda realidad.
Hoy, es un foco de contaminación que puede ser una tragedia.
En la demanda de amparo, presentada por el abogado Lunasco, quizá el último intento por llamar la atención, se hace notar que: “Actualmente, en la laguna Yarinacocha se vierten volúmenes significativos de desagües provenientes de las actividades domésticas, comerciales e industriales de las zonas aledañas. Esto ha incrementado de forma directa con el tamaño de la población… Se han realizado evaluaciones microbiológicas del agua superficial de la laguna y se reportaron altos niveles de coliformes totales (principalmente Escherichia coli, Staphy- lococcus aureus y Pseudomonas sp.), alta turbidez y cantidades variables de parásitos (Rondón-Espinoza et al, 2022).”
Agrega que: “En consecuencia, existe una mala calidad del agua superficial de la laguna, lo que compromete parte de las actividades de comercialización que son una fuente fundamental para el sostenimiento local, sea como lugar donde se realiza pesca para abastecer al consumo humano, no solo para los habitantes aledaños a la laguna, sino para diferentes partes de los asentamientos humanos… (donde consumen) productos con niveles altamente infectados.”
En septiembre del 2014, un primer monitoreo de la ANA en la laguna de Yarinacocha, encontró elementos nocivos que superaban los valores de los estándares de calidad ambiental del agua (ECA). Como resultado, el 29 de agosto del 2023, se impuso una multa de 25 245.00 soles al Hospital Amazónico. Sus vertidos representan un peligro para la biodiversidad del ecosistema y para la salud y el bienestar de la población.
POBLACIÓN CRECIENTE
Si bien los desechos del Hospital Amazónico, causan preocupación, el Informe Técnico No. 317-2018-ANA-DCERH-AESFRH, del 24 de agosto de 2018, “ha identificado fuentes de contaminación antrópicas generadas por el uso poblacional (82%), hospitalario (6%) y acuícola (6%) de los recursos hídricos en la laguna Yarinacocha y afluentes”.
Es decir, la mayor fuente de contaminación son los desechos arrojados por los pobladores de las orillas al lago. Mientras no haya Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) a lo largo de las orillas, la contaminación será peor.
En el último año, han surgido inmobiliarias que llegan hasta la comunidad nativa San Francisco ¿A dónde van a ir sus desechos?
Los pobladores de San Francisco, conscientes de la contaminación, han ordenado a sus hijos no bañarse en el lago Yarinacocha y menos beber sus aguas.
Pero en los asentamientos, a lo largo de las fajas marginales del lago, no piensan lo mismo.
En una nota escrita por estudiantes del COAR Ucayali para el diario El Comercio, afirman que: “La laguna de Yarinacocha en Pucallpa (Ucayali) está sufriendo un desequilibrio en el ecosistema debido a la sobre explotación de recursos y el aumento de la población circundante en la zona (103.941 habitantes según el INEI). A esto se suma el aumento de residuos arrojados a la laguna por el comercio informal y el combustible derramado por las embarcaciones. Asimismo, mercados y viviendas cercanas vierten aguas residuales sin tratar.”
La bióloga Flor de María Rodríguez, afirma que para promover la conservación y uso sostenible de la laguna, se debe de informar y educar a la población en una gran campaña de educación ambiental. Y, eso, es lo que está faltando.
CONGRESO Y DEFENSORÍA
En el 2021, la congresista Cecilia García, logró que la Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuano, Ambiente y Ecología del Congreso, apruebe un dictamen que declara de necesidad pública e interés nacional la emergencia ambiental de la laguna “para descontaminación, dragado, recuperación, protección y conservación como atractivo natural y destino turístico”. Allí quedó.
En marzo del 2023, la oficina de la Defensoría del Pueblo en Ucayali, despertó e identificó los focos de contaminación. Tras un recorrido con representantes del Gobierno Regional de Ucayali, de la Administración Local del Agua (ALA) y de la sede desconcentrada del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), así como del Congreso de la República, Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), Dirección General de Capitanías y Guardacostas (Dicapi), Colegio de Ingenieros de Ucayali, Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass), Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento y de la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental, entre otros, llegaron al acuerdo de implementar una planta de tratamiento de aguas residuales en el Hospital Amazónico y el constante monitoreo sobre la calidad del agua. La jefa de la Oficina Defensorial de Ucayali, Susana Huamán, se comprometió a realizar el seguimiento a todos los compromisos. Debería informar si se cumplieron o no.
