HISTORIAS DE NIETOS A LOS QUE NO LES IMPORTÓ LA ANCIANIDAD Y EL DESAMPARO
SUMILLA: A propósito de la reciente condena a una nieta por agredir psicológicamente a su abuela de 86 años, ya fallecida, no puede dejarse de evocar la novela de Gabriel García Márquez titulada: “La increíble historia de la Cándida Eréndira y su abuela desalmada”. Rescatamos tres historias de nietos que se portaron al revés, sin piedad para el desamparo de la vejez.
Maricruz Viena Andrade, no pudo refrenarse y le gritó a su abuela, Aurora Soplín Ovalle: “Eres una cochina, nadie te quiere, lárgate, vieja maldita, ¿por qué no te mueres?”. Según el Poder Judicial, la intención de la nieta era retirar a la abuela de su propia casa. Doña Aurora ya ha muerto, pero el proceso penal continuó, hasta que, recientemente, se dictó sentencia.
La jueza Dra. Nilda Lastra Claudio, del Primer Juzgado Unipersonal Penal de Coronel Portillo, condenó a Maricruz Viena Andrade como autora del delito de agresiones en contra de las mujeres o integrantes de grupo familiar, en agravio de su abuela Aurora Soplin Ovalle (86). La magistrada ordenó que Maricruz cumpla 121 jornadas de prestación de servicios a la comunidad y al pago de mil soles en un lapso de tres meses a favor de la sucesión de la víctima, debido a que la agraviada falleció.
El Ministerio Público realizó una investigación penal en contra de la sentenciada y de su madre, Blanca Aurora Andrade Soplín, por agredir psicológicamente a la anciana. Sin embargo, debido a las pocas pruebas presentadas durante el juicio oral, la jueza absolvió de los cargos a Blanca Andrade. No ocurrió lo mismo con su hija Maricruz, es decir, la nieta.
HECHOS DENUNCIADOS
Quien en vida fue Aurora Soplin Ovalle, a sus 86 años de edad, residía en el asentamiento humano José Olaya y denunció en el 2018 por agresión psicológica a las personas que se suponía debían cuidar de ella. Según sus declaraciones, sus hijas, Blanca Aurora Andrade Soplin, y Juana Andrade Soplín, así como sus nietas, Katia Sabrina Viena Andrade y Maricruz Viena Andrade, la sometieron a malos tratos y amenazas.
El incidente, según relató la denunciante, ocurrió el 5 de marzo de 2018, cuando su nieto, Walter Luís García Ponce, discutió con su nieta Maricruz Viena en su domicilio. Cuando la abuela Aurora Soplín, intervino en la discusión para defender a su nieto, entonces su nieta Maricruz Viena, la habría insultado y la amenazó con matarla con una almohada esa misma noche. La anciana Aurora, también habría señalado que sus hijas Blanca Andrade y Juana Andrade no le proporcionaban comida.
Tras investigar, la tesis fiscal sostuvo que Blanca Andrade le otorgó un pedazo del terreno de la mujer de 86 años, a su hija Maricruz Viena (nieta de la víctima), sin su consentimiento. Debido a las constantes agresiones psicológicas la agraviada se retiró de su vivienda y se fue a la casa de otra hija, es decir de Kety Andrade Soplín.
Otro incidente mencionado en la denuncia ocurrió el 29 de julio de 2018, cuando Kety Andrade llegó junto a su madre y unos trabajadores, a la vivienda de la abuela Aurora, ubicada en José Olaya, con el fin de que construyan una habitación para la víctima en la parte delantera del terreno. En esos momentos llegaron al predio Blanca Andrade y su hija Maricruz Viena (la nieta).
“Llegó mi hermana Blanca a decir por qué estábamos haciendo la casa, que estaba haciendo eso para dejarle botando a mi mamá y para que le cuide ella, que todo iba a ser una cochinada, por lo que su hija salió a insultarnos de la misma manera, (…) por lo que mi mamá y yo nos retiramos porque mi mamá se puso mal y tuve que llevarla al hospital”, refirió Kety Andrade.
“Eres una cochina, nadie te quiere, lárgate, vieja maldita, ¿por qué no te mueres?, te voy a envenenar”, fue lo que le habría dicho la nieta Maricruz Viena a su abuela Aurora.
La denunciante afirmó que estos constantes maltratos afectaron su salud mental, lo que fue corroborado por una evaluación psicológica realizada por la psicóloga Guisell Yovana Cossio Celadita. La evaluación arrojó que sufrió una afectación psicológica, cognitiva o conductual.
LA SANCIÓN
En Perú, el delito de agresiones en contra de las mujeres o integrantes del grupo familiar se encuentra tipificado en la Ley N° 30364, Ley para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres y los Integrantes del Grupo Familiar. Las sanciones por este delito pueden ser:
pena privativa de libertad: Dependiendo de la gravedad de la agresión y las circunstancias específicas del caso, el agresor puede ser condenado a una pena de prisión. Las penas pueden variar desde algunos meses hasta tres años de cárcel.
Multas económicas: Además de la pena de prisión, el agresor puede ser condenado al pago de una multa económica, cuyo monto puede ser determinado por el juez en función de la gravedad de la agresión y la capacidad económica del agresor.
Medidas de protección y seguridad: El juez puede imponer medidas de protección y seguridad para garantizar la integridad física y emocional de la víctima, como órdenes de alejamiento o prohibición de acercarse a la víctima o a lugares frecuentados por ella.
Programas de rehabilitación: En algunos casos, el agresor puede ser ordenado a participar en programas de rehabilitación o terapia para abordar las causas subyacentes de su comportamiento violento y prevenir futuras agresiones.
Prestación de servicios a la comunidad: En lugar de prisión, el agresor puede ser condenado a prestar servicios a la comunidad como parte de su pena, participando en actividades que beneficien a la sociedad. Esta pena es la que impusieron a la nieta Maricruz Viena
OTROS CASOS
En mayo del 2021, el diario Página 3 de Huánuco, informó que un adolescente de 16 años, iba a ser enviado al “Maranguita” de Pucallpa por haber asesinado, con golpes de piedra en la cabeza, a su abuela de 63 años, en la calle San Francisco del distrito de Yanas, provincia Dos de Mayo. La abuela se oponía a la relación sentimental de su nieto con otra menor.
En junio del 2023, los medios de comunicación de Pucallpa, informaron que vecinos de la calle 4 del AH Jorge Basadre, Yarinacocha, pidieron la intervención de la policía porque la anciana Laisith Navarro Ramírez, de 78 años, había sido expulsada de su propia vivienda, por su nieta Abigail Salas Alegría (26). Como necesitaban dinero, la señora Laisith accedió a donar su terreno a su nieta, para que ésta tramite un préstamo bancario. Es decir legalmente le entregó su vivienda. La perdió. “No tienes vergüenza, nosotros siempre te hemos dado de todo, nunca te hemos negado nada, somos tu familia”, lamentó la señora Laisith. Sólo le quedaba una disputa judicial.
