El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha ajustado sus proyecciones de crecimiento para la economía peruana, estimando una expansión del 3% para 2024 y del 2.6% en 2025, según su reciente informe de Perspectivas Económicas Mundiales (WEO). Esta nueva previsión supone una mejora respecto a su estimado anterior de abril, que era del 2.5%, y refleja una mayor confianza en el desempeño económico del país a pesar de los desafíos sociales y climáticos.
Comparación con proyecciones nacionales
A nivel local, las previsiones también son optimistas. El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) ha proyectado un crecimiento del 3.2% para este año, mientras que el Banco Central de Reserva (BCR) prevé una expansión del 3.1%, manteniendo así expectativas alineadas con las proyecciones internacionales.
Crecimiento regional y comparativa con mercados emergentes
El informe del FMI destaca que América Latina y el Caribe crecieron un 2.2% el año pasado, y se espera un crecimiento del 2.1% para 2024, elevando ligeramente su proyección anterior. Sin embargo, estas cifras están por debajo del rendimiento de los mercados emergentes y economías en desarrollo, que crecieron un 4.4% en 2023 y se anticipa que crecerán un 4.2% tanto en 2024 como en 2025.
Inflación y proyecciones para la región
En cuanto a la inflación regional, el FMI informó que América Latina cerró 2023 con una tasa del 14.8%, proyectándose un aumento al 16.8% para 2024, aunque se espera que baje al 8.5% en 2025. Estos datos subrayan el desafío de controlar la inflación, aunque las expectativas son que la región logre estabilizarse en los próximos años.
Fortalezas macroeconómicas del Perú
El FMI ha destacado las fortalezas macrofiscales de Perú, especialmente su capacidad para atraer inversiones que promuevan un crecimiento sostenible. Gita Gopinath, directora general adjunta del FMI, elogió la resiliencia de la economía peruana ante las tensiones sociales y los efectos del cambio climático, subrayando que el país mantiene un nivel adecuado de reservas monetarias, una deuda externa baja y un enfoque prudente en la gestión fiscal, con un déficit de solo el 1.5% del PBI.
Este sólido panorama económico posiciona al Perú como una de las economías más estables de la región, preparada para enfrentar los retos futuros y continuar impulsando el desarrollo sostenible.
