PERO LA CAMBIAN POR SUSPENDIDA
La Primera Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Ucayali, que preside el magistrado Frederic Rivera Berrospi,e integranlos jueces superiores titulares Hermógenes Lima Chayña y Marco Espíritu Matos, ratificó la condena impuesta a Yonel Barrueta Cayco por el delito de usurpación agravada. En su resolución, Sala confirmó la sentencia original dictada por el Juzgado Penal Unipersonal Transitorio, aunque modificó la modalidad de ejecución de la pena.
En la sentencia original, el juzgado de primera instancia había ordenado prisión efectiva para Barrueta Cayco, pero esta decisión fue ajustada por la instancia superior, que optó por una pena privativa de libertad suspendida. Bajo esta modalidad, Barrueta Cayco deberá cumplir diversas reglas de conducta durante un periodo de cinco años.
Dichas reglas incluyen la obligación de permanecer en su lugar de residencia sin ausentarse sin autorización judicial, comparecer mensualmente ante el juzgado para informar y justificar sus actividades, abstenerse de cometer nuevos delitos dolosos y pagar una indemnización de mil 500 soles a cada uno de los dos agraviados como reparación civil.
Según la Oficina de Imagen de la Corte de Justicia de Ucayali, la decisión de la Primera Sala Penal de Apelaciones se basa en diversas pruebas presentadas durante el proceso, entre las cuales se encuentran las declaraciones de los policías que constataron la presencia de Barrueta Cayco en el predio de los agraviados, así como pruebas fotográficas, actas policiales y otros documentos aportados por la fiscalía. Estos elementos sustentaron la confirmación de la condena por usurpación agravada.
El 10 de enero del 2019, en la comunidad de la Asociación Civil Nuevo Amanecer, en el distrito de Manantay, alrededor de las 7:45 horas de la noche, cuando Jordán Huamán del Águila se encontraba realizando labores de mantenimiento en su lote y en el de su progenitora, que contaban con una pequeña casa, un grupo de 45 personas, lideradas por el sentenciado Yonel Barrueta Cayco, comenzaron a desarmar el cerco perimétrico de las propiedades y procedieron a destruir las casas ubicadas en los terrenos.
El acto fue reportado a María Asunción del Águila Pinedo, madre de Jordán Huamán, mediante una llamada telefónica de Rosa Pezo Quinteros, vecina del lugar. Con la ayuda de las autoridades policiales, María del Águila llegó a los predios junto con las fuerzas del orden y corroboraron la invasión, encontrando que los lotes estaban siendo ocupados por individuos desconocidos armados con piedras y palos, quienes impidieron el ingreso de la policía.
Se constató que el cerco perimétrico de los predios había sido destruido, con calaminas y listones esparcidos por el suelo como evidencia del acto. Además, se observó que en el lote 1 había una construcción de madera, y en el lote 2 otra construcción.
La situación se tornó violenta cuando Yonel Barrueta Cayco desafió a la autoridad policial, justificando su acción en un supuesto informe de auditoría que, según las autoridades, de ninguna manera autorizaba su comportamiento. Ante la hostilidad y la gran cantidad de personas lideradas por el sentenciado, las autoridades policiales optaron por retirarse, frustrando la diligencia de recuperación de las propiedades invadidas. Luego de ello la agraviada, ahora fallecida, interpuso su denuncia.
