Ayer un menor de 12 años experimentó momentos de extrema angustia al caer accidentalmente a un pozo de agua de unos 20 metros de profundidad en un local, ubicada en el distrito de Amarilis, Huánuco. El pozo, situado cerca de la piscina del centro recreativo, aparentemente carecía de medidas de protección, lo que facilitó el acceso involuntario del niño al peligroso hueco.
El accidente ocurrió de manera repentina, mientras el menor se encontraba en la zona de la piscina junto a su familia. La caída al pozo dejó al niño atrapado en su interior, rodeado por paredes verticales y estrechas que dificultaban cualquier intento de salir por sus propios medios. Sumado a la altura del pozo, la presencia de agua en el fondo aumentó el riesgo de sufrir lesiones graves por el impacto, así como la posibilidad de hipotermia debido a la exposición prolongada a las bajas temperaturas del agua.
El temor y la desesperación se apoderaron de los familiares que presenciaron el accidente, quienes solicitaron ayuda inmediata para el rescate del menor. Mientras tanto, el niño permaneció atrapado durante más de una hora, enfrentando el riesgo de agotamiento físico y emocional.
La llegada de los servicios de emergencia permitió llevar a cabo un rescate complejo debido a la profundidad del pozo y la situación vulnerable del niño. Con el uso de cuerdas y técnicas especializadas, el menor fue finalmente extraído del lugar y atendido de manera inmediata por personal médico, quienes lo diagnosticaron con politraumatismos pero en condición estable. Posteriormente, fue trasladado al hospital de EsSalud para una evaluación completa.
El incidente ha generado preocupación en la comunidad de Amarilis y en los asistentes, quienes cuestionan la falta de medidas de seguridad en las instalaciones del club recreativo. La caída del menor pone en evidencia la necesidad urgente de contar con cercos protectores y advertencias claras sobre posibles riesgos en espacios frecuentados por familias y niños.
