En la región Loreto, los miembros de las comunidades nativas del Alto Napo y las orillas del río Amazonas están enfrentando una grave crisis de acceso al agua. Este año, el bajo caudal del río ha alcanzado niveles históricos, lo que ha llevado a cerca de 200 pobladores a caminar hasta cuatro horas diarias para conseguir agua de pequeñas lagunas. Esta situación ha dejado a muchas familias en una lucha constante por recursos básicos.
Impacto en el suministro de alimentos y medicinas
La crisis hídrica no solo afecta el acceso al agua, sino que también ha interrumpido el transporte fluvial. Las embarcaciones, que solían abastecer a estas comunidades con alimentos y medicinas, ya no pueden llegar a la zona, exacerbando aún más la situación de vulnerabilidad de sus habitantes.
Abel Núñez, monitor ambiental de la comunidad nativa Yahuma II, comenta sobre la difícil realidad que enfrentan: “Es muy penoso consumir esta agua”, refiriéndose a la escasez y la calidad del recurso que deben utilizar. La sequía ha hecho que los botes con poca carga no puedan operar, dejando a las comunidades sin alternativas viables.
Soluciones locales y salud pública
Ante esta crisis, los pobladores han tomado la iniciativa de construir pequeños reservorios y lagunas para almacenar agua, aprovechando las horas de menor temperatura. Sin embargo, esta estrategia ha resultado insuficiente para garantizar agua de calidad, lo que ha llevado a un aumento en las enfermedades causadas por el consumo de agua no tratada.
Urgencia de ayuda humanitaria
Con seis meses de aislamiento en la triple frontera entre Perú, Colombia y Brasil, los habitantes de estas comunidades nativas solicitan urgentemente la llegada de la temporada de lluvias y ayuda humanitaria de las autoridades regionales. Loreto ha sido declarada en estado de emergencia por el déficit hídrico, y los pobladores hacen un llamado a las autoridades para que respondan de inmediato ante esta creciente crisis que amenaza su salud y bienestar.
