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Agricultores de Ucayali necesitan inversión en infraestructura y capacitación

PARA MITIGAR EFECTOS DE FENÓMENOS CLIMÁTICOS

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La Red de Estudios para el Desarrollo (REDES) ha identificado que la actividad agropecuaria es la tercera más importante de la región Ucayali –después del comercio y la manufactura– y emplea a más de 67 mil personas. Sin embargo requiere inversión en infraestructura y capacitación para enfrentar las condiciones climáticas desfavorables como los vientos huracanados, sequías e incendios, y la presencia de enfermedades fungosas que afectan s los principales cultivos de Ucayali.

De hecho, el sector agropecuario en la región ha registrado caídas consecutivas durante el primer (-3.8%) y segundo trimestre (-30.2%) de este año, en comparación con los mismos periodos del 2023. Esta situación ha respondido a la menor producción de cacao, maíz amarillo duro, yuca, papaya y café.

Es de especial preocupación el cacao, que ha registrado las peores caídas de toda la cartera: -71,1% en el primer trimestre y -90,2% en el segundo. Recordemos que se trata de uno de los productos más importantes de Ucayali, pues concentra, aproximadamente, el 21% de la producción regional.

«Las pérdidas en el sector agropecuario de Ucayali afectan tanto a los miles de productores de la región como a toda la cadena productiva. Por ello, es urgente implementar medidas de apoyo que permitan mitigar los efectos de estos fenómenos climáticos, a fin de evitar que el daño económico sea irreparable. Recordemos que los contratos de exportaciones se pactan el año anterior, y los productores podrían pagar penalidades si los incumplen, aunque sea por situaciones que escapan de su control«, advirtió Franco Saito, economista de REDES

Uno de los fenómenos climáticos que más preocupan a los productores regionales es la sequía, exacerbada por los incendios forestales de las últimas semanas. La escasez de agua en la región ha limitado el riego de algunas parcelas de cultivos, por lo que se espera una menor productividad al terminar la temporada.

“Las lluvias son importantes porque nuestros agricultores dependen de ellas para su trabajo. Según el Banco Mundial, de cada 10 hectáreas que se siembran en el país, 6 utilizan las lluvias como recurso para regar los cultivos. Es decir, a nivel nacional, la mayoría de los cultivos dependen de las condiciones climáticas”, expresó Saito.

El especialista resaltó la necesidad de invertir en infraestructura de riego, que incluye sistemas como canales, reservorios y tecnologías de riego por goteo o aspersión, para reducir la dependencia de las lluvias y mitigar los efectos de la sequía en la producción agrícola.

Por otro lado, mencionó la importancia de promover y facilitar una correcta fertilización de la tierra para potenciar la resiliencia de la planta frente a enfermedades y plagas. “Para potenciar nuestro sector agro, todos los programas de capacitación deben ser acompañados por un seguimiento con los productores. No basta con impartir un taller, los agricultores necesitan asistencia técnica para asegurar la buena utilización de los recursos”, señaló el especialista.

DAÑOS EN EL LARGO PLAZO POR INCENDIOS FORESTALES

Saito también se refirió a los incendios forestales como una amenaza a la productividad agrícola. Según el Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción de Riesgos de Desastres (CENEPRED), cerca de 35,000 hectáreas de cultivo en Ucayali se encuentran en alto riesgo de incendios forestales. Esto equivale al 9.65% de la superficie agrícola. Las provincias más expuestas son Padre Abad y Coronel Portillo.

Según el Informe Técnico de Situación de Emergencia del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional, de mayo al 18 de septiembre se han perdido 3,275 hectáreas de cultivo en Ucayali producto de incendios forestales. Los distritos afectados son Campoverde (1020 ha.), Nueva Requena (1540 ha.), Yarinacocha (410 ha.) y Manantay (305 ha.), todos en la provincia de Coronel Portillo.

“Las pérdidas económicas a causa de los incendios no solo se reducen a las hectáreas de cultivos que, lamentablemente, han sido consumidas por el fuego. También debemos considerar la afectación a la cadena productiva, la pérdida de empleos y la degradación del suelo. Lo último es sumamente importante porque, incluso después de controlados los incendios, el suelo demora años en retornar a su productividad óptima, y los agricultores ven sus ventas afectadas”, explicó el especialista.

Recordemos que el sector agropecuario, además de ser un motor importante para la economía regional, es productor de los alimentos que abastecen el mercado nacional, productos de exportación y materias primas para la agroindustria.

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