La tarde del jueves 17 de octubre, un trágico suceso conmocionó al distrito de Manantay, en la región Ucayali. Un joven estudiante, identificado como Diego Escate del Águila, decidió poner fin a su vida. El hecho ocurrió en una vivienda ubicada en el jirón 23 de Septiembre del asentamiento humano San Juan de Miraflores.
El trágico hallazgo fue reportado inicialmente por la base central de Serenazgo de la Municipalidad de Manantay, luego de recibir la alerta sobre un posible autoatentado contra la vida. De inmediato, los agentes de Serenazgo acudieron al lugar y encontraron a Escate del Águila en el ambiente de ingreso de la vivienda, que servía como estudio y comedor. El joven docente había atado una soga a un listón del techo y se encontraba suspendido cuando llegaron los agentes.
Tras confirmar la situación, los serenos notificaron a su base de operaciones, que a su vez informó a la comisaría de San Fernando. Este lamentable hecho dio inicio a las diligencias correspondientes, que incluyeron la comunicación a la División de Investigación Criminal (Divincri), la intervención del Ministerio Público y la participación del personal forense del Instituto de Medicina Legal, quienes se encargaron de las investigaciones iniciales.
Hasta el momento, no se han revelado mayores detalles sobre los motivos que llevaron al joven profesor a tomar esta fatal decisión. Las autoridades continúan con las indagaciones para esclarecer las circunstancias que rodearon este trágico suceso. Mientras tanto, la comunidad educativa y los vecinos del asentamiento humano San Juan de Miraflores se encuentran conmocionados y consternados por lo ocurrido.
El suicidio sigue siendo un tema sensible que afecta a muchas personas, y las autoridades locales han aprovechado la ocasión para recordar a la población la importancia de buscar apoyo y orientación en momentos de crisis. Servicios de ayuda emocional y líneas de asistencia están disponibles para aquellos que puedan estar atravesando por situaciones difíciles.
Este lamentable episodio pone de relieve la urgencia de promover espacios de salud mental y bienestar emocional, especialmente en sectores vulnerables como el educativo, donde los docentes enfrentan presiones que muchas veces no son visibilizadas. Las investigaciones seguirán su curso para determinar con mayor claridad lo sucedido en este doloroso caso.
