Mientras en Colombia hay interés por convertir a isla Santa Rosa en territorio colombiano, en Brasil, el interés es por anexarse la provincia de Purús. Y podrían conseguirlo, gracias al abandono en que el Estado peruano, mantiene a esas poblaciones.
¿Por qué el director de Soberanía Territorial de la Cancillería colombiana, Diego Felipe Cadena, afirmó que la soberanía sobre la isla Santa Rosa, en el Amazonas, no está definida entre los gobiernos peruano y colombiano?
La razón, además de histórica y geopolítica es más dramática. Los pobladores de ese centro poblado, pese a que su alcalde, Iván Yovera, defiende la peruanidad, acuden a Leticia para atenderse en su salud, estudiar, adquirir sus provisiones, vender sus productos. Es decir, se sienten más colombianos que peruanos. Incluso, hasta las autoridades loretanas que inflaron el pecho de patriotismo frente al exabrupto de Cadena, paradójicamente, cada vez que van a un evento convocado por Leticia (Colombia), jamás se alojan o detienen en Isla Santa Rosa, sino que pasan de frente. Es decir, esa localidad, en territorio peruano, está abandonada por todos los niveles de gobierno del Perú.
Lo prueba el hecho risible de que, superado el “incidente diplomático”, las autoridades loretanas autorizaron el envío de una delegación a Leticia, para participar de la celebración del aniversario patrio de Colombia el 20 de julio. Es probable que el propio gobernador, René Chávez, festeje bailando cumbia.
Pero el caso no está cerrado. Todo indica que Colombia, de uno u otro modo, insistirá en que isla Santa Rosa forma parte de su territorio, porque no está incorporada en el Tratado Salomón Lozano, ya que la Isla recién apareció en 1965, partiendo en dos al Amazonas, frente a Leticia.
Para Iván Yovera, el alcalde de la Isla, que hace años quiere convertirse en distrito, ninguneado por el Congreso y el Ejecutivo, el tema de fondo es que, cada vez que desciende el caudal del río Amazonas, en la época de estiaje, ingresa poca agua por el canal que baña las orillas de Leticia. El mayor caudal pasa por el otro lado de la Isla. Es decir, los de Leticia necesitan salir al Amazonas y solo podrán hacerlo si Santa Rosa fuera colombiana.
EN PURÚS
Pero en Ucayali no debemos asombrarnos porque pasamos por una situación similar. El abandono de las fronteras, tarde o temprano nos pasará factura.
A lo largo de la frontera que tiene el departamento con el Brasil, en el distrito de Yurúa (provincia de Atalaya) y especialmente en el distrito de Purús (provincia de Purús), el abandono es tan evidente, que viene circulando una campaña en medios televisivos y redes sociales del Brasil, un video, donde abiertamente se habla de anexar el Purús al estado de Acre.
El video, en portugués brasilero, mostrando imágenes, se inicia diciendo que pocos brasileros saben que la población de Purús quisiera ser anexada al Brasil, y se pregunta ¿Por qué?
Y se responde que, en Purús en la frontera con el estado de Acre, la población sufre por falta de asistencia médica, pavimentación, energía eléctrica continua, falta de saneamiento básico. Y pone un ejemplo: para que una mujer tenga un parto digno tiene que pasar al Acre donde recibe la mejor atención médica. Es más, Acre abastece de comestibles y productos a Puerto Esperanza, capital de la provincia y a todas sus poblaciones.
Para demostrar que están muy atentos, afirman que Purús tiene una extensión de 17 mil kilómetros cuadrados, donde vive una población de más de 4 mil habitantes. “Si Purús se anexiona al estado de Acre, sería un sueño para la población local”, afirma el video, agregando que “cuando necesita nuestro apoyo se le brinda asistencia”.
En buena cuenta, como afirman conocedores, los habitantes de Purús, que mantienen permanente comunicaciones sociales y comerciales con las ciudades del estado de Acre, estarían a favor de anexarse al Brasil, con la esperanza de mejorar sus condiciones de vida. No solo ellos, las autoridades locales y la población acuden a las autoridades de Brasil a solicitar ayuda económica, educacional, medica, energética, comunicaciones, etc.
En el Brasil, que conocen eso, han intensificado esta campaña para anexarse Purús.
AUTORIDADES NEGLIGENTES
Los únicos que parecen no haberse dado cuenta, son las autoridades y funcionarios nacionales y ucayalinos que, al parecer solo usan a Purús para meterle mano al erario nacional y hacer su “buena obra del día”, llevando “ayuda” esporádicamente para tomarse fotos y videos que exhiben como algo exótico, una aventura a ese mundo perdido que parecer ser Purús.
Así, por ejemplo, hace años no se culmina la construcción del hospital y otras obras de infraestructura en Puerto Esperanza. La Contraloría ha advertido irregularidades, pero no pasa nada. También la Contraloría hace poco emitió un informe sobre cómo festinaron fondos para dar mantenimiento a pozos en comunidades donde nunca hubo pozos. Funcionarios de Purús fueron denunciados, pero han reaparecido ocupando cargos en otras entidades.
No es novedad que las poblaciones indígenas de Purús hablen tres idiomas: su idioma materno, el castellano y el portugués. Tampoco es novedad que tengan carnet brasilero que les sirve para ser atendidos en los establecimientos de salud de las localidades fronterizas de Acre y para recibir ayuda económica. Algo que el Perú, no les puede dar.
YURÚA
Una situación similar se vive en la frontera del distrito de Yurúa. La población mayoritariamente indígena, no espera nada del Estado peruano, prefieren pasar a las localidades del otro lado, en Brasil, para recibir atención.
Aquí también, la construcción del centro de salud en el Breu, capital de Yurúa, está paralizada, deteriorándose, mientras una trocha carrozable facilita la destrucción de los bosques por taladores ilegales y cultivadores de coca.
¿Por qué a Brasil, le interesa el Purús? Por sus territorios todavía vírgenes y de gran biodiversidad, algo que la falta al gigante, donde sus bosques han sido mayoritariamente depredados.
Que no nos extrañe que un día, en el Purús amanezca la verde bandera del Brasil.